En el informe De la soledad a la conexión social, publicado el 30 de junio de 2025 por la Comisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Conexión Social, aparecen datos impactantes.
Además de que una de cada seis personas se siente sola, entre 2014 y 2019 se produjeron anualmente en todo el mundo más de 871.000 muertes relacionadas con la soledad. Esto se debió a que esta produce directamente enfermedades biológicas y fisiológicas: riesgo de accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, diabetes, deterioro cognitivo y muerte prematura.
La soledad también afecta a la salud mental, ya que las personas solas tienen el doble de probabilidades de deprimirse. Además, la soledad puede provocar ansiedad y pensamientos de autolesión o suicidio.
No solo eso, sino que, en el referido documento, la soledad pasó a ser catalogada, en sí misma, como “enfermedad”. Es una enfermedad del sentimiento personal y que tiene impacto social.
Textualmente, la OMS lo plantea así: “La soledad es un sentimiento personal doloroso. Se produce cuando las relaciones no se ajustan a lo que la persona quiere o necesita. Así pues, una persona puede sentirse sola aunque esté rodeada de gente. Puede que una persona tenga amistades, pero que no se sienta comprendida ni apoyada”.
De acuerdo con el informe, el índice de personas solas es más alto entre los 13 y los 29 años. La soledad es una enfermedad con alta presencia, también, entre las personas más pobres y las personas mayores.
Este informe da seriedad a lo que, en la segunda mitad del siglo 20, era calificado simplemente de “psicosomático”, y que a veces era, malamente, entendido como enfermedades falsas asociadas a estados psíquicos o emocionales.
Lo psicosomático hoy alude, principalmente, a entender que lo que ocurre en la psiquis (pensamientos y emociones) puede somatizarse directamente en el cuerpo. Pero no porque sea falso o una mera sugestión, sino porque los seres humanos tenemos varias dimensiones del ser que se interrelacionan unas con otras. Esto ha sido comprobado y abordado cada vez más desde terapias como la Bioneuroemoción o desde enfoques como la Psiconeuroinmunología.
Actualmente, ya existe información científica que avala la conexión entre las distintas dimensiones de nuestro ser.
Nosotros, como equipo de coaches y terapeutas, creamos y aplicamos el Modelo de la Estrella ©. Desde este modelo, abordamos cinco dimensiones del ser personal y social: cuerpo, emoción, pensamiento, espíritu y energía, última de las cuales, en los trazos de la estrella, vuelve al cuerpo. Cada una de estas dimensiones puede afectar a las demás. Todas se encuentran, intrínsecamente, interconectadas. De hecho, funcionan juntas. Es solo para su análisis y su comprensión que las separamos.
La mayor novedad del informe de la OMS es que la soledad haya sido clasificada como “enfermedad” y esté pasando a la categoría de desafíos para la salud pública.
Esto va en línea con la categoría creada hace no muchos años de la “Salud Social”. También se conecta con el enfoque biopsicosocial de la salud. Desde este, un paciente, sobre todo cuando se encuentra en una situación compleja o de deterioro generalizado de su bienestar, es abordado por un equipo transdisciplinario: profesional médico (o de carreras de la salud alopática tradicional, como enfermeros, fisioterapeutas, kinesiólogos, odontólogos y otros), profesional terapeuta (psicólogo o terapeuta holístico o complementario) y profesional social (trabajador social, sociólogo, mediador).
En otro artículo, te contaremos nuestro propio análisis sobre el aumento de la enfermedad de la soledad en el mundo actual.
Un abrazo,
Equipo del ZEN-TRO Profelicidad ®.